Tres diablitos
Tres diablitos Pablo Correa La muerte juega al ajedrez, a Mandinga le gusta los duelos musicales y a los diablos jugar a las cartas. Pero además de las cartas también les gusta hacer daño, son mal entretenidos, se deleitan en el sufrimiento ajeno. Animales, otros demonios, pero sobre todo humanos. Este pequeño pueblo, algunos dicen que está al norte de General Pacheco, otros que en el medio de la Pampa, otros afirman que esto pasó en Merlo de cuando era la estancia de don Francisco. Era un lugar inhóspito. Los diablos ponían piedras en los arados, interrumpían el sueño de los vecinos haciendo que los perros aullaran toda la noche y obviamente los mandados dados por demonios superiores. Hacían presa a este lugar de la desdicha. Cuando comenzaba la hora de las brujas y antes del amanecer. Los diablitos se juntaban bajo un ombú quemado por un rayo cuyas ramas negras y chamuscadas parecían un garra infernal, una de las tantas entradas de servicio al reino de l...