El saboteador Pablo Correa

El saboteador

Pablo Correa


¿Necesito ayuda? 


Bueno… No sé.

Puede que sea más grave de lo que pienso o una tontería. Por eso quería verlo.

Es como cuando uno va al mecánico, puede hacer los mejores mates del mundo pero uno viene porque tiene un problema. Nadie va a su mecánico porque el auto anda de diez. 

Es que no se como explicarlo realmente, se que empezó en algún momento 

¿O estuvo siempre ahí?... No sé.

La cuestión es que al principio yo creía que era mi propia falta de atención. Como los baobab del principito, eran pequeños brotes, ahora son árboles gigantescos que bien podrían destruir mi asteroide.

Al principio era olvidarme las llaves, la sube o la billetera. Cosas sencillas, hasta incluso con alguna solución, una cadena hardcore para la billetera, tener escondida en la mochila una sube extra o poner una cinta de esas que van en el cuello para las llaves.

Empezó a ser cada vez más frecuente a nivel de no importarme ya. Tengo toda una serie de rituales que me son preventivos cuando salgo de casa. Las llaves en el bolsillo izquierdo,la sube siempre en el bolsillo derecho,  la billetera en la mochila y de la mochila no sale ni el cuaderno, ni la  carpeta, ni la remera de repuesto. Además de tener copia de todo lo que hago hasta tres veces, tener planes de repuesto pará mis planes de emergencia en hasta la más mínima acción de mí día. 

Es agotador, es un asedio constante. 

En cuanto tengo un momento de paz… ¡Me es arrebatada por qué no hice vaya a saber dios qué cosa! ¡Una pequeñez que me olvidé y se convirtió en un problema que me arruinó el día, el mes o el año!

Perdón, me tranquilizó, no quise levantar la voz.

Entonces me quedo dormido en el tren y me despierto en Once con la idea de que perdí la billetera o que  no traje la sube o que me robaron el celular.

Cruzó Mitre corriendo, no veo el taxi y casi me atropella. 

Desde entonces los “accidentes” cada vez se fueron multiplicando cada vez más. Al taxi lo siguieron colectivos, autos y motos. El olvido de llaves lo fue reemplazando el olvido del gas abierto o el pequeño detalle de olvidarme la puerta de calle abierta. 

No sé, todo muy seguido.

Fue en ese momento que me di cuenta, tengo como un pequeño saboteador en la cabeza. Es un pequeño bastardo que está todo el tiempo buscando qué accidente puedo tener. 

Antes era con la intención de lastimarme pero ahora ya me asusta, no tengo dudas de su intención homicida. Ya no se trata de retrasarme, hacerme perder media hora, ahora se trata de matarme.

No solo es no mirar al cruzar la calle. Hay algo en mi cerebro que ya no se conforma con tratar de llamar mi atención. Hay algún saboteador en mi cerebro que decidió que ya tiene suficiente de mi. 

No sé cómo superarlo.

No sé cómo analizarlo.

No sé cómo callarlo. 

¿Qué es lo que quiere?  

¿Cómo lo paro? 

¿Me va a terminar matando?

Por eso tomé la decisión de venir a verlo doctor, esto pasa de simplemente olvidarme la pava en el fuego. Se trata de despertarme asfixiado por mi almohada, de resbalar en la ducha, o tropezar y caer desde el décimo cuarto piso. 

Es un saboteador que vive en mi cerebro y me quiere empujar por las escaleras. 

Ayúdeme doctor, por que realmente… No sé por dónde empezar.


~Fin~








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