La dama de rojo y la lluvia
La dama de rojo y la lluvia
Pablo Correa
En el ascensor del edificio ubicado en la calle riobamba y santa fe hay tres personas totalmente diferentes subiendo en el ascensor: el detective Roberto Capaldi, el representante de la Thompson and Company de estados unidos el sr Smith y el ingeniero Galmarini jefe del servicio meteorológico argentino.
Había hecho mucho calor todo ese diciembre y esa primera semana del año 1945 la lluvia hacía que la humedad subiera desde el asfalto, por las escaleras y desplegará sus alas sobre la ciudad de Buenos Aires.
Mientras el ascensor subía, el detective capaldi se tronaba los dedos, el señor Galmarini se secaba la frente con un pañuelo y el señor Smith tocaba el bolsillo del saco donde escondía su derringer .
Una vez que bajaron del ascensor, el detective Capaldi volvió a repetir las mismas recomendaciones por tercera vez:
―Nos va a recibir, solo nos va hacerles tres preguntas, así que… ― y en ese momento fue interrumpido por Galmarini
―¿Quién es esta mujer? me desagrada bastante que una bruja resuelva …
― ¡primero y principal no es una bruja! segundo: ¿cómo les fue a los dos para intentar atrapar a Baigorria? y tercero y más importante, uds señores me contrataron y si no les parece mis métodos…― Y en ese momento se abrió la puerta del departamento e invadió el pasillo un olor a incienso, mirra y chanel n°5
Los tres entraron y lo primero que vieron eran los gigantescos ventanales del departamento con unas finas cortinas purpuras, bibliotecas atiborradas de libros antiquísimos y en el centro del salón una mujer alta y sensual con un hermoso vestido rojo escotado por la espalda, recostada sobre un diván fumando lánguidamente unos finos cigarrillos con una larguísima boquilla.
Se incorporó como una nube siendo arrastrada por el viento y extendiendo los brazos mientras tiraba dos besos al aire ― ¡Robert chéri! ¡Qué agradable sorpresa! veo que no has venido solo ¿no me vas a presentar ?
Y en ese momento estiró su mano y presentó sus larguísimos dedos.
El detective le beso la mano con suma pasión ―señores: la bella mademoiselle aquí presente― y el detective dudo como llamarla―No importa querido― interrumpió con displicencia ―Aquí los señores vienen a consultarla por el ingeniero Juan Baigorria Velar― y dando una larga bocanada a su cigarrillo la hermosa dama de rojo dijo ―si si si, el mago de villa Luro, el Júpiter moderno, el hombre de la maquinita que hace llover ... Oh, dónde están mis modales ¿Desean algo para tomar? Robert querido me sírveme un poco de mi botella de vino especial.
El aroma dentro de la habitación olía a largas velas consumidas, encierro y flores muertas.
El detective sirvió el vino en una copa elegante y muy antigua con incrustaciones de oro, Smith tomó de prepo un vaso de cristal cortado y se sirvió un whisky.
Galmarini busco en el bolsillo interior de saco —Disculpe ¿Le molesta si fumo?— a lo que la dama de rojo respondió —Ningún problema pero dígame ¿Cuál es el problema de los caballeros con Baigorria?
Galmarini dio un larga pitada a su cigarrillo y respondió —Si me permiten hablar, mi problema es que desvirtúa el pensamiento científico y por consiguiente el desarrollo de la meteorología argentina ¡es un filibustero y un charlatán!
—excuseme ingeniero — Dijo smith mientras le daba un sorbo a su whisky —Pero después de 55 horas de trabajo en Santiago del Estero consiguió una lluvia de 122 horas de permanencia en la provincia, las rainfall reading fueron: Capital, 60 milímetros; Estación Fernández, 70; La Banda, 60; Loreto, 45; Robles, 10; Silipica, 10; Villa Simbolar, 44; Los Naranjos, 44; Guasayán 10; Vinará, 15; Tapao, 24; San Pedro, 10; Choya, 26; Lugones, 13; Taboada, 14; Forres, 14; Beltrán 18; Vilmar, 20; Selva,11; San Román 53. Ni hablar que le prometió una lluvia para el 3 de enero y cumplio ¿Uso el paraguas que le regalo? Eso no es una coincidencia—
—¡Que Usted desee que Baigorria tenga razón no hace que la tenga y que el cachivache funcione! ¿Dónde está la investigación que sustenta el funcionamiento del aparato? ¿por qué no lo explica en detalle? ¿por qué no deja que nadie de la facultad de ingeniería o de física estudie el dichoso instrumento?
—¡Por que no es idiota! ¿Usted sabe la cantidad de dinero que le ofrecimos por su invento? Hasta le ofrecimos venir a trabajar para nosotros en los united states. Mire la respuesta que nos envía “Soy argentino y quiero que mi invento beneficie a mi país” mi jefe le ofrece la oportunidad de su vida y nos responde “Yo argentino” Sabe el valor de lo que tiene pero es un tonto si piensa que no vamos a hacer lo imposible para apoderarnos de su invento.
—¡Alto señores! Me aburro mortalmente. Robert querido, puedes ser tan amable de acercarte, quiero decirte algo al oído y de paso oler tu perfume.
El detective pasó por detrás del ingeniero Galmarini, pasó por detrás del sr Smith y lentamente cerró la puerta con llave.
El departamento desprendía un olor a tierra mojada, a una tumba abierta y sangre.
La habitación comenzó a volverse cada vez más oscura mientras, el rostro de la dama de rojo se volvía cada vez más pálido y su voz resonaba con un eco espectral.
La dama de rojo se volcó otra vez sobre el diván y lánguidamente susurro- Queridos, podéis hacer vuestras tres preguntas.
Galmarini se estrujó levemente las manos y dijo ¿Cómo puedo atrapar a este mentiroso de Baigorria?
A lo que la dama respondió suavemente -no lo puede atrapar, no es un mentiroso, como diria el bardo ingles- hay más en la tierra Bruto…- Smith interrumpió diciendo- missis he sido mas que paciente. ¿Cómo hago que la máquina funcione? Le robamos los planos pero no funciona, debe haber algún truco.
A lo que la dama de rojo contesto- ha sido descortés toda la velada, Robert querido ¿Me parece que ya es hora de comer?- y tras decir esto ambos dejaron ver sus colmillos.
Smith saco de velozmente su dillinger y disparó dos veces, pero la dama de rojo se transformó en una nube color rojiza, como si fuera sangre suspendida en el aire y luego volvió a su forma corpórea acercándose a la cara de Smith, solo para darle un leve beso en la boca, morderle la yugular y beber su sangre.
Galmarini temblaba de miedo, solo oraba en susurros. A lo que el detective se le acercó y cuando lo iba a devorar la dama de rojo lo interrumpió.
-Robert, el a sido educado y cortés toda la noche, mire gentil hombre, la maquina de Baigorria funciona con voluntad. Esa es la magia más antigua e irreplicable. Por eso por más que le intente explicar como funciona no puede hacerlo. Cómo lo que vio UD aquí hoy. No va poder aunque quiera. Vaya en paz pero lo estaremos observando.
Se abrió el picaporte y salió hacia la calle temblando y cubierto de sangre.
~Fin~
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